"Es un cuento de hadas,
la historia debajo de la historia, escurriéndose por los pasillos
pulidos, un rayo aquí y fuera. Construimos estos
ridículos ídolos así poder llegar a qué esta detrás de ellos
¿pero qué pasa después de que subimos la escalera?
¿Simplemente miramos aquello que es horrible y lo perdonamos?
Aquí está el río, y aquí esta la caja, y aquí están
los monstruos que ponemos en la caja para probar nuestra
fuerza. Aquí está el pastel, y aquí está el tenedor, y aquí
está el deseo de ponerlo dentro de nosotros, y luego la pregunta
detrás de toda pregunta: ¿Qué pasa después?"
-Snow and Dirty Rain de Richard Siken
I.- Tu nombre es James McGraw y has decidido que quieres que eso signifique algo.
Vives en un tiempo donde las únicas formas de hacer un nombre por ti mismo es vender tu alma, sea a la horca o al estado, y crees ser suficientemente astuto como para no arriesgar lo primero ni perder nada en lo segundo. Así que te metes en la marina y te conviertes en alguien que gana el juego. Puedes hacerlo, porque tu entiendes como funciona el mundo, cómo el secreto de ser alguien no tiene nada que ver contigo, sino con todos los demás. Así que clínicamente miras dentro de ti por las partes que pueden destruirte o crearte y las quiebras una a una. No es un asesinato, te dices, no se trata de desaparecer, de ser otra persona. Se trata de seleccionar las partes de ti que quieres que los otros vean y dejar que brillen. Vidrios rotos a mosaico. Tu mente estratégica, tu rapidez de respuesta, tus manos hábiles. Mostrarlas en el momento oportuno. Todas tus piezas desencajadas de su contexto, filosas al romper tu piel cuando salen al exterior, un poco de sol en el ángulo perfecto y brillas en todas las direcciones que el mundo quiere de ti.
Tus habilidades te llevan a ayudar a un noble en una misión imposible. Thomas es su nombre. A veces crees que es la propia luz que irradia con todo lo que hace la que lo ciega de ver la realidad. Pero también debes admitir, para ti es fácil entender como funciona Inglaterra. Manipular la percepción de otros es una estrategia que tienen en común, pero la forma en que deja que la gente crea en una ilusión de civilización, manteniendo sin poder a los que podrían denunciar sus injusticias, dependiendo de monstruos para mantener el miedo.... empiezas a sonar como él. Quizás también te esta cegando.
Cuando Thomas te besa por primera vez lo que hace realmente es arrancar de ti una pieza que estuvo soltando desde la primera vez que te sonrió. Escribe 'James, mi amor más verdadero, no conozcas la vergüenza' en un libro sobre la honradez humana y lo amas, de verdad lo amas. Pero él no entiende que tu vergüenza no viene de creer que haya algo malo con este amor, sino de saber que este trozo de ti, este gigantesco corte de ti mismo que lo ama (que bien puede ser todo tu) no encaja con los trozos que tienes que ser, los que otros quieren ver. Tienes un caleidoscopio de triunfo y añadir esto cambia toda la imagen hasta hacerla algo considerado “profano". "Demasiado repugnante para ser ignorado". Por eso quieres confiar en este plan descabellado, una forma de crear un lugar donde no se necesiten monstruos, donde nadie lo sea. No puedes ser respetado y amarlo, no puedes estar en la marina y amarlo, no puedes vivir y amarlo, no aquí. Pero por mientras te dices a ti mismo que no importa, que serás lo que necesites ser, dos rompezabezas mezclando partes y sustituyéndolas para sobrevivir.
Al final nada es suficiente. Debiste haberlo agarrado y huido desde un principio, pero como un imbécil no soportabas la idea de ser el malo de la historia. Ser el villano. La oscuridad de la que Inglaterra protege a sus niños y querías demostrar que no era necesario. La civilizacion necesita a sus montruos, le dijiste a Thomas, y mírate ahora, el joven héroe que iba a cambiar el mundo muerto a tus pies y torchas a tu espalda mientras huyes.
Quizás lo peor es que te han dado un motivo para creerlo. Nada santo puede contener toda esta ira. Así que, segundo verso igual que el primero, pones nuevamente las piezas de ti mismo frente a ti, solo que esta vez eliges las peores, las más llenas de sangre y hueso y terribles de mirar de frente. Aquellas hechas de vergüenza, y pérdida, y rabia. En su centro, pones un fantasma, una razón para destruir el mundo.
Tu nombre es James Flint, y has decidido que eso signifique algo terrible.
II.- Algo nunca te ocurrió. Algo suficiente para llenar al mundo de nuevos tipos de tormentos, evidenciar la existencia de un sinfín de horrores, darle vida a una infinidad de pesadillas. Algo que duró días, o meses, o años. Toda una vida. No sabrías decirlo porque no te pasó a ti. No estuviste ahí, no hiciste nada para impedirlo, no hiciste nada, punto. Ni siquiera podrías decir qué pasó, realmente, así que no vale la pena que te pregunten. Tus memorias solo van tan atrás como para recordar donde estas, y como salir de ahí. Solo conoces el fuego sin origen que te insta a moverte más rápido. Estás huyendo. No, no tienes nada de lo que huir.
Si alguien fuera a conocerte diría que eres un oportunista. Si llegan a conocerte por más tiempo, digamos unas horas, dirían un ladrón. Eres ligero y rápido de pies y mente, y lo único que te importa es vivir un día más. Tienes una camisa robada, y botas robadas y un pasado que no es tuyo que haría a Atlas sudar. Eres nadie de ninguna parte.
Y como todos aquellos que son nadie en este mundo en el que vives, terminas trabajando en un barco. Dependiendo de quien pregunta, esta es la primera vez que lo haces, la tercera o podrías bien decir que naciste en uno, por todo lo que has navegado. Como en cualquier barco, la única entretención que no requiere violencia ni alcohol recae en contar historias. Viejos marineros contando su infancia, sus amores, algún crimen o desgracia. Les pasó a ellos o a alguien más, pero desde el momento que salen de sus labios para caer en tus oídos, te pasaron a ti. Eres tú, en la casa para huérfanos. Eres tú cuidando del campo mientras tu abuelo está enfermo. Frailes te enseñaron español y viste a un hombre morir en la horca por primera vez a los 7 años. Todo esto pasó, nada de esto es verdad. Así funciona para ti, un pasado de cuento de hadas que no le pertenece a nadie. La gente pregunta por tu pasado cuando quiere algo de ti y tu se los darás todos.
Te enlistas en otro barco mercante. Es la primera vez que navegas, le dices al capitán que ya ha olvidado el nombre que le diste. Cuando el barco es atacado por piratas, se espera que todos luchen en cubierta, así que bajas al fondo del barco, como alguien sensato. Si los piratas te encuentran, te nombrarán un cobarde y te matarán, pero si luchas, definitivamente morirás, lo que consideras el único razonamiento lógico en esta situación. Es por esto que cuando encuentras a alguien más en la habitación en la que entras, un cocinero, sabes que este es un hombre listo. Entonces, el brillo de la oportunidad, algo que vender, una mentira que contar, un plan formándose en tu cabeza. Cuando los piratas te encuentran, el ex-cocinero muerto y un peso en tu chaqueta, les das tu mejor sonrisa. De las que mata dragones.
Eres John Silver, les dices. Eres un gran cocinero.
III.- No ha pasado ni un día en estas últimas semanas en que no hayas pensado en estrangular a John Silver.
Todos saben quién es el Capitán Flint y por qué no lo pones en tu contra. Sin embargo este desgraciado creyó que podía destruir todo por lo que has luchado por diez años y luego se inventa una forma para que tengas que mantenerlo con vida y luego se atreve a sugerir que pueden ser amigos. Quizás si te salvó en el motín y quizás si te salvó de ahogarte y puede que te haya ayudado a recuperar tu capitanía pero puedes ver a través de él. Solo busca salvarse el pescuezo, y decidió que eres la mejor forma, por alguna razón. No le darás más crédito que una herramienta que te puede ser útil, en especial para manejar a los hombres, que inexplicablemente le han tomado cierto aprecio, algo que nunca has logrado, ni te ha interesado. Pero cuando Silver comenta que puede que el motín se basara simplemente en que no le agradas a la tripulación y que no confían en ti, puede que empieces a considerar que has cometido un error.
Pero cuál sería el punto, realmente. Flint no existe para ser amado, existe para ser temido, para ser una advertencia y una amenaza hacia Inglaterra. Para encender la llama y luego extinguirse. Dejarte sentir afecto significa dejar que McGraw salga a la superficie y quieras o no, si bien él existe dentro de ti, dudas que pueda pararse bajo todo el dolor que significa ser él. Así que Flint comanda tus acciones. Dirige tus miradas, tus palabras y tus acciones, cuando aterrorizas, urges o matas. Flint gana el juego. Flint es temido, lo sabes, lo quieres así, pero te estas dando cuenta del precio que eso significa, del precipicio al que te acercas. Ser odiado.
Conoces la sangre que mancha tus manos, las cosas que has tenido que hacer para llegar a donde estas, pero sabes que todo es por una buena causa. Crear un lugar, libre de la civilización, la misma que te arrebató todo lo que amabas. Es darle a todos estos ingratos que escupen tu nombre en el barco una oportunidad de seguir vivos, libres de la horca. Ser odiado es el primer paso para ser exiliado, para ser un monstruo. No sabes si puedes lidear con esto nuevamente.
Te hiere en tu interior, esta incapacidad de existir con todas tus partes a la vez. El diseño de Flint no permite ciertas acciones pero tienes que probarlo. Un recordatorio de que eres humano a pesar de la sangre escapando por tu boca. Le preguntas a Silver si él te ve como el villano, porque lo quieras o no, él entiende. Porque tiene manos y ojos ágiles y sabe como como funciona la gente, de la misma forma que tu sabes como funciona el mundo. Te hace pensar que puede que encuentres en él algo que valga la pena. Pero con la misma rapidez con la que decidiste darle una oportunidad, ves su sonrisa ampliarse como a un animal se le erizaría el pelo, sus ojos se volverse afilados. Una defensa contra un ataque que no era tal, es mejor que ninguna defensa, para él. Te dice que no le importa qué eres, ni cómo la gente te vea. Que solo le importa él, y el oro que le puedes conseguir. Te lo esperabas, si bien te decepciona. Lo que no esperabas es la pausa, que mire este puente que has extendido y no solo se niegue a cruzarlo sino que le prenda fuego.
Escaparé por donde tenga que, pero no hacia ti. “Te importa lo que los demás piensan”, te dice. “Dios... con las cosas que has hecho... “
Los ojos fríos, su boca llena de llamas.
“Debe ser horrible ser tu”.
IV.- Quizás tu plan no resultó del todo, pero no puedes quejarte de haber salido bien parado una vez más. Bueno, lo mejor parado que alguien puede salir después de haberse cruzado con James Flint. Ahora tu vida depende de cuán bien puedas jugar tus cartas, cuan indispensable puedes volverte. Así que empiezas a funcionar como barrera entre las estupideces que Flint trata de hacer pasar por ideas (que siempre funcionan), y una tripulación que ya no confía en él, a menos que tu estés de acuerdo. Hay una sensación especial que nace de tener decenas de ojos sobre ti sabiendo que reirán cuando quieres que rían, suspirarán en los momentos indicados, sentirán empatía, o ira, o un terror que tu pusiste ahí. Es fácil para ti, tomar un par de memorias falsas y unirlas con cualquier deseo se esconda detrás de los ojos de estos hombres para crear algo mas grande que tu mismo. Esto conoces, esto te ha mantenido con vida. Eres la arena que pisan y se trata de mostrarles sus propias huellas, mostrarles su camino, y manipular su dirección. Pero sientes el peso de sus manos en tus hombros. Sus sonrisas y sus bromas. El afecto como un rayo, violentamente esculpiendo de ti una imagen, limitándote a una silueta. Nunca has tenido a nadie por una razón, la incertidumbre de que puede llegar un momento en que cobren de ti un precio que no estas dispuesto a pagar, estos hombres que pelearían por ti sin que tu tengas nada sobre ellos más que el aire que pones en tus palabras.
Pero tienes un rol que cumplir y un oro que ganar. Así que tergiversas y mientes y sonríes cuando el Capitán Flint te pide que lo hagas. Eres el mono bailarín. El peligro de la empresa te mantiene alerta, pero la cercanía con la presa también te distrae de tu meta que es, bueno, sobrevivir. Te ves tomando riesgos innecesarios, poniendo más sinceridad de la que esperabas en tus discursos, creyendo un poco más en toda esta ridiculez que Flint está creando. Es terrorífico, como tu puedes hacer que los hombres crean que el cielo es rojo, pero Flint... Flint puede hacerlo. Quizás los hombres son sordos a sus palabras, pero no ciegos, ven como el mundo escucha lo que Flint dice, como se mueve bajo la fuerza de su ira. Le temes de una forma visceral, el conocimiento de que este no es un hombre que puedas sostener con la palma de tu mano, que no cabe al interior de tu boca. Mantienes la distancia. Te acercas cada día.
Se siente tan inevitable como una profecía trágica, para obtener lo que quieres una prueba debe ser superada. El hombre de Charles Vane te pide que traiciones a tus compañeros, te ofrece un tipo de libertad fuera de este barco, lejos de Flint y de sus hombres, y lo que cualquier otro día hubieras hecho en dos segundos para salvarte hoy no puedes hacerlo. La imagen que han dibujado de ti en sus mentes es una cadena que sostiene tu boca y tus manos en posición. Así que te niegas a ir en contra de estos hombres que le han puesto peso a tu nombre. Te niegas a pagar el precio. Pero el mundo está hecho de equivalencias e injusticias, y el hombre levanta un hacha.
Despiertas de una fiebre que te ha mantenido inconsciente por días para ver a Flint con una mirada indescifrable, suave. Es cuando se pone a hablar, sin palabras cortantes ni comandos agresivos que piensas que algo está mal, que recuerdas. Algo terrible te pasó. Te niegas a ver tu pasado por suficiente tiempo y olvidas a aprender de él, olvidas huir. Una pierna menos y una vida de dolor a cambio de un trozo de mundo que te dirá Nos haremos cargo de ti. Te hace querer desaparecer. Ir a un lugar lejos del mar, donde nadie conozca tu rostro y otro nombre ruede fácil de tu boca. Poner más peso en tu espalda, una bolsa que ya no te pertenecerá pero que eres obligado a cargar, y ser otra persona. Pero esta vez no tienes como salir, no tienes como correr, no tienes más nombres que dar. En tu rostro se conjuga una vida que sientes más como una muerte. Te han matado al hacerte suyo.
V.- Eres consciente de lo que haces. Sabes que Flint y McGraw son la misma persona, ambos partes de ti que no puedes negar. Flint no es una máscara, ni una mentira, y si algún día tienes que dejar que Flint muera la sangre en tus manos no desaparecerá con él. Sabes lo que es huir por quien eres tanto como sospechas que Silver sabe huir de quien eres, y cada vez que le añades un cadáver a tu nombre sabes que el peso solo te hunde más en la arena. Y entonces tu pasado viene y mata a la última persona que podía verte de una forma con la que estabas dispuesto a vivir. Miranda conoció a McGraw y vio nacer a Flint y ambos se unieron para llevarla a su muerte. Ahora que ella se ha ido, estás sin red que te proteja de la oscuridad. Si un monstruo solo deja de serlo cuando es amado, que te impide serlo?
Estas a punto de ser horcado por el mismo hombre que mató a Miranda por el beneficio de Inglaterra y finalmente entiendes que no existe la reconciliación con este mundo civilizado, que nunca verá el error de sus maneras, que necesita de sus monstruos y te pide que seas uno. Que lo decidió por ti. Así que la lucha deja tu mente y decides demostrarles que no tenían idea de lo que querían, que pueden beneficiarse de un monstruo, salvaje y terrible e incomprensible en su crueldad y repugnancia. Pero un monstruo con un plan, es algo que nunca anticipan, que no quiere atterrorizar sino destruir. Un enemigo. Estas a punto de ser horcado y cuando logras escapar dejas que todo el dolor y la pérdida se manifieste y cobre represalias. Quemas la ciudad entera, con hombres, mujeres y niños en ella. Es tiempo de empezar una guerra. Así que matas más nobles, haces más planes. Pierdes hombres y gastas recursos, le pides a Silver que convenza a la tripulación de que ganaron una oportunidad. Entras y sales de pesadillas, de verdades que no quieres aceptar. Te estas perdiendo en ti mismo de una forma que no te importa si eres rescatado o no, mientras puedas destruir algo.
Son capturados por los Maroons dos semanas sin comida y luego una prision donde los van sacando uno a uno para torturarlos lleva a que no sientas ninguna tristeza cuando el único plan que puedes imaginar contiene tu muerte. No sientes nada de hecho. Estas listo para ello, para terminar con esto de una vez, ya hiciste todo lo que podías hacer, y por un tiempo no quisiste la paz, también? No fuiste tu un hombre inglés con ganas de llegar al tope de la sociedad? Cuál es el punto de esta guerra si no es vengar a los muertos, y no sería más fácil unírseles? Thomas, Miranda, Gates, en vida ya no pueden perdonarte. La tripulación concede, este el el mejor plan. Todos están desesperados, no se ve una salida de esta. Pero de todas las personas, Silver dice no. Incluso frente a tu débil insistencia, te dice, no se por qué, pero no quiero verte morir. No eres capaz de reaccionar demasiado, pero si ves sus ojos, y no son afilados, solo son azules. Te dice, hay otra manera, siempre la hay. Y estás cansado. Quizás no es tanto querer vivir sino dejar que otro tome la decisión por una vez. Y Silver teje una red, palabras y miradas, los oídos necesarios. Mueve a la gente a su alrededor con prácticamente ninguna posibilidad a su favor y crea el milagro. Tienes una audiencia ahora, una oportunidad de aumentar las esperanzas de esta guerra hasta casi asegurar su victoria. Se lo debes a Silver.
Tu y yo sabemos como ser los monos bailarines, esto es un circo, esto es la vida, aquí esta mi red y el show es tuyo. Puedes saltar y no morir. Saltas.
El público enloquece.
VI.- Sería una mentira decir que no sientes resentimiento frente a toda esta situación. Y cada día mentir se te esta siendo más difícil. Los hombres confían en ti demasiado, la gente sabe quien eres apenas te ve y Flint... bueno. La gente está empezando a decir que comparten una mente. Es esto lo que se gana cuando salvas una vida? que parte de ella es tuya ahora? Ves a la tripulación y los mueves como si fueran tus propias manos. Ves a Flint planear y las conclusiones llegan a tu mente antes de que las diga. Los microgestos, las miradas, todo es claro como verte a un espejo. Ves a Madi y la recibes en tus brazos como si fuera tu propio corazón llegando a tu pecho. Eres más de lo que nunca fuiste. Te estas acomodando en estas nuevas ropas que te han regalado, estas nuevas extremidades y facultades que han añadido a tu forma como si fueras arcilla hecha carne cuando notas que no han dejado de mover sus manos. Todos ellos, moviendo tu nombre en sus bocas y creando más y más. Ya no bastas, ellos quieren un rey. Quieren sacar un Dios de tus entrañas.
Llega un momento en que Flint no está y cae sobre ti la misión de llenar de terror lo corazones de la gente. Alguien más ya ha empezado a ponerle sombras a tu nombre, lo ha empezado a afilar como una navaja. El plan es este, decirle a todos los pseudo piratas que han vendido su nombre a Inglaterra por un perdón saber que saldrán perdiendo de esta guerra que han iniciado. Así que haces tu parte, vas a la taberna, haces tu discurso. Haces rodar las palabras en tu boca como cemento y creas prisiones que tormenten sus mentes. Pero entonces aparece, un bastardo de hombre que te recuerda como el cocinero ladrón que empezaste siendo en el barco de Flint. Y entonces la ansiedad de siempre, la desesperación frente la idea de que nuevamente la memoria de quien fuiste traerá consigo un nuevo horror. Pero después algo nuevo, que sientes desde el peso en tus hombros hasta el vació de tu pierna. Ira.
El hombre te dice que no eras nada siendo un hombre entero y que eres menos aun siendo la mitad. Pero él no tiene idea de lo que eres. Tomas un jarrón de metal y lo estallas contra su cabeza. Eres un sacrificio a tu propio nombre y lucharás hasta con los dientes para que signifique algo. Te paras junto a su cuerpo tendido en el suelo, decenas de personas se han quedado completamente en silencio, anticipación y miedo en sus ojos, esperando a ver que haces. Nunca te has sentido más real que en este momento, nunca has dicho más verdades que con esta furia. El sentimiento maravilloso de tomar los trozos afilados dentro de ti y herir algo que no sea tu propia carne. Tus ojos son un azul claro, tu respiración está agitada y tus pasos son firmes cuando tomas una página de tu propio libro de horrores y creas una pesadilla frente a ojos despiertos.
Al final del muñón que le da un fin abrupto a tu muslo hay una pierna de hierro y el dolor que causa cuando presiona la sensible herida no se compara a la satisfacción de reventar una cabeza cuando la pisas. Es tomar tu dolor y hacer a otro sangrar. La taberna esta en completo silencio cuando colocas el libro de nombres que han traicionado esta guerra que no es tuya y te diriges a la puerta, sin darle otra mirada al cuerpo inerte a tu espalda. En tu interior, buscas por las palabras que recreen el terror en el fondo de tu estómago, pase lo que pase, no importa donde vayas, recordare tu nombre. recordare tu rostro y lo que has hecho, y creas una amenaza más grande que tu propia vida.
Un nombre te apresa, un rostro te delata y tu acciones tienen consecuencia. "Mi nombre es John Silver" dices rompiendo el silencio, la noche y todas tus chances de volver atrás. "y tengo una larga memoria". Cierras tu ataúd.
VII.- Silver encuentra la forma de darse una propia bienvenida dentro de tu propia cabeza. Sin tu permiso, lo encuentras dando vueltas por la casa de espejos que has construido en tu interior como si fuera la suya. Haciéndose un hogar en tus rincones. Reflejándote con sus propios espejos, infinitamente tu y él, el uno dentro del otro. Es aterrador, esto de ser visto. Es todo lo que no has tenido desde Miranda. Quizás incluso antes. Miranda nunca vio a Flint en su enteridad, sin embargo Silver te ha visto en tus peores momentos, tanto hacia otros como contra ti mismo. Y cada vez se siente como un descubrimiento revolucionario, sus ojos y su mente magnetizando tu interior y forzando todas las partes dentro de ti en una imagen clara frente a él. Un mosaico en una sola pieza por primera vez, atravesado por la suave luz azul de su mirada. Oh cómo, desesperadamente, deseas que te diga lo que ve en voz alta, lo que piensa de tus huesos. Te conformas con los susurros, los vacíos entre sus palabras. "No he querido matarte hace meses te dice", sonríendo. Su sonrisa sigue siendo afilada, pero cada día sus ojos son más azules.
Le cuentas sobre Thomas, antes de una batalla que bien podría ser la última. Le pones nombre a todos los fantasmas de tu pasado para él, para que entienda por qué esta guerra te importa. Porque quizás si le compartes la importancia de tu pasado comprenda que te llevó a ser quien eres ahora. Le das las herramientas para destruirte y por primera vez lo escuchas decir, no se que responder. Pero no saca ninguna antorcha, no grita en horror. En ese momento eres suave como una herida y no te presiona para ver si sangras. Dice, "a pesar de como ha funcionado hasta ahora, yo puedo quedarme a tu lado y sobrevivirte". Es doloroso pero te reconforta saber que esto puedes creerle. Se queda a tu lado y teje una historia sobre lo que pasará mañana, con todos vivos, y ustedes dos siendo dioses.
Creces poderoso y firme en cada batalla sabiendo que en el mundo existe alguien que puede verte y no quedarse en la sangre de tu ropa, el olor a humo y la dureza de tu mirada. No hay luz de sol entre nosostros, le dices. Mueven el mundo juntos. Hasta que empieza a ser aparente que los deseos de Silver no se alinien perfectamente con los sacrificios que se deben hacer para ganar esta guerra. Lo ves cada vez que existe una posibilidad de ponerte a ti o a Madi en riesgo, como sus ojos vuelven a ponerse afilados y te pesa el conocimiento de que ahora sabe como usarlos para cortar. El miedo en tu nuca, el recuerdo de esas tardes en la colina, cuando te dijo que su pasado era algo que no podia compartirte. Todo lo que necesitas para derrotar a alguien es saber quien era ayer, y quien es hoy. No puedes negar tu afecto, cuando en ese momento viste ese puente entre los dos y decidiste que le pertencía. Un puente en una sola dirección que tu no puedes atravezar. Que eres incapaz de destruir.
Sabes que es el fin cuando Madi es capturada. Tu sabes lo que ella querría, la priorización de la guerra por sobre todo, la protección de su gente contra todo el resto del mundo que la ha esclavizado. Pero Silver te mira como si le hubieras dicho quizás puede vivir sin su corazón. Y te traiciona. Y te pide que confíes en él y tu lo traicionas de vuelta. Estas intentando engañarte pero el final es inevitable, cuando sabes que no puedes matarlo. Te das cuenta de que de todas la piezas de ti que él siempre pudo ver hay una que nunca notó, (que bien puede ser todo tu). Así que le salvas la vida en vez de terminarla. Y en vez de pelear tratas de convencerlo, de que el mundo esta listo para ceder a sus manos, para rodar en sus bocas. De que todo esto va a importar más que sus propias vidas.
Y él te miente. Justo cuando ya pensabas que era incapaz de hacerlo, te dice la mentira más grande de tu vida, agigantada por como resuena contra todas las veces que quisiste creerla. Thomas está vivo. Le diste tu pasado por el puño y ahora lo usará para matarte.
Cuando llegas a la plantación se borran todos los recuerdos hasta la última vez que lo viste. Thomas en el sol. Thomas, hecho de sol. Vas hacia él y te fundes en tu abrazo. Tus vidrios rotos, la luz de tu nombre es sus labios. James.
Brillan, brillan, brillan. Nadie en todo el mundo puede verlos.
VIII.- Pasan mil años desde que lo ves por última vez hasta que Madi te perdona. O no te perdona. Qué importa, si sus ojos siguen abiertos, sus manos están ahí para peinar su cabello, su voz sigue moviendo cada hueso en tu interior? Qué importa si ella está viva para quererte y resentirte? La amas, de verdad la amas. Encontrarás el lugar donde puedan amarse como la existencia misma del amor en el mundo.
Sin embargo, en tu pecho hay un agujero del tamaño de un nombre, y no te atreves a pronunciarlo por el temor del eco que puede causar. Suficiente para destruir el mundo que sujetas en tus manos. En tu cabeza creas infinitas formas de pedir perdón, de justificarte, de no decir nada pero con su rostro en tus manos. Cada vez es peor, cada vez es más fácil y doloroso quedarte donde estás. Donde Atlas se desploma tu te yergues, cada día bajo el peso de la memoria de lo que has hecho. No puedes negar nada, como alguna vez hubieras hecho, el recordatorio existe en cada respiro que das, cada hueso que duele un poco más cada día con cada paso que das en busca de un olvido que nunca llega.
Vives un día más. Abres una taberna en Bristol, con Madi. Eres cocinero. Escuchas historias cada día, de desgraciados, pordioseros, enamorados e idiotas. Recuerdas todas ellas, tanto las falsas como las verdaderas y siempre devuelves el favor. Dices que perdiste la pierna en un ataque de tiburón. Tu madre murió cuando naciste. El primer pirata que viste medía dos metros.
Una historia es verdad, una historia no es verdad. La verdad no tiene nada que ver. Una historia necesita dos cosas, que alguien la cuente y que alguien la recuerde. Hubo una vez un hombre que fue el terror de todos los mares, dices cuando los niños piden que les cuentes una historia. El Capitán Flint salió de la nada como se forma la espuma del mar y decidió crear una guerra a Inglaterra.
Entonces, sus ojos brillantes, sus manos pequeñas que no conocen guerra pero ansiosos de saber más sobre hombres terribles y lugares lejanos, abren la boca para preguntar. Y como siempre, el sentimiento de que tu mente se rompe en mil pedazos y tu corazón hace el esfuerzo inhumano de mantener su forma cuando tienes que responder: Que pasa después?